Ficha Felgor Ignus Halkor

Nombre completo: Felgor Ignus Halkor

Edad: No recuerda con exactitud su edad, pero aparenta 16.

sexo: Masculino

Raza: Ángel

Habilidad especial (Esto lo otorgan los profesores a los alumnos, por ahora no se escribe nada)---

Armas: Una katana, de hielo.

Objetos personales: Un colgante con forma de ala, bañado en plata.

Foto:




Descripción física: Tiene el cabello negro como la obsidiana, corto y desordenado, que cae sobre su frente.
Es alto, delgado y fibroso.
Su piel es pálida y sus rasgos delicados, otorgándole un aspecto juvenil a pesar de su avanzada edad (cerca de un milenio).
Su mirada es azul, como el cielo al amanecer, con una ligera pigmentación violácea.

Descripción psicológica: Siempre se muestra muy alegre y abierto aunque en el fondo, sufre por un pasado que le persigue…
A pesar de que constantemente su rostro aparece adornado por una amplia sonrisa, esta fingida felicidad no consigue reflejarse en sus ojos, que siempre se muestran opacos, sin la luz celestial que suele habitar en la mirada de los ángeles.
Desconfiado, tanto como la vida le ha enseñado a ser.

Habilidades: Diestro luchador.

Puntos débiles: En momentos de mucha tensión, pierde el control sobre sí mismo.

Hobbies: Le gusta volar tras los pájaros y pasear, deleitándose con los sonidos del bosque.

Historia: Su pasado, se encuentra en su mente en un estado difuso.
Vivió en el mundo celestial de los cielos hace quizás millones de años, pero a penas recuerda como era su vida allá arriba.
Tras su descenso al mundo de los humanos, por razones que ignora, fue recogido por un leñador que cuidó de él durante unos años.
Hay leyendas que dicen que cuando los ángeles abandonan el reino de los cielos, pierden la memoria de todo aquello que llevaron a cabo… como si volvieran a nacer.
Felgor, sólo recuerda que cuando abrió los ojos, de su cuello pendía un colgante y a su espalda, descansaba la vaina de una katana.
Vivió junto al leñador en una cabaña perdida en la espesura del bosque, hasta que la longevidad propia de su raza, decidió arrebatarle al único ser al que recordaba haber cogido cariño.
Desde ese preciso instante, Felgor, decidió huir del tiempo, escapar a los confines de la tierra donde los años, los segundos y el difuso recuerdo de un pasado incierto allá en las alturas del reino celestial, no consiguiera alcanzarle.
Se encerró en una gruta oscura tras numerosos intentos frustrados de quitarse la vida y allí se mantuvo, al margen de la vida y la muerte, como un ignorante del tiempo que corría a su alrededor.
La luz del sol, no llegaba hasta la celda que él mismo había construido en la piedra. La vida escapaba tan lentamente de sus dedos que él no se dio cuenta de que su longeva existencia, se derramaba como la arena de un reloj…
Entonces, cuando iba a llevar a cabo un nuevo intento de suicidio, un enviado de la vida, un paladín de la existencia, se internó en la gruta prohibida que el propio Felgor había creado, y le sacó de la oscuridad…
Fue por aquel tiempo, cuando los problemas, decidieron volver a por el joven ángel.
Mercenarios, cazadores y demás chusma del mundo de los humanos, persiguieron a Felgor en multitud de ocasiones. Fue capturado y torturado hasta que casi la cordura le abandonó por completo.
Pero fue entonces, cuando oyó hablar del internado luz de medianoche…
Pensó que quizás allí podría olvidar todo lo referente a su condición angélica y restablecer el equilibrio por el que seguramente había sido obligado a abandonar el mundo celestial…

Familia: Tras su descenso, apenas recordaba cuales era sus apellidos y cual su nombre… Su familia es un misterio para él.