Yet N. Halkor
Mensajero del plenilunio
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Localización : En el dedo acusador del diablo, observando desde las alturas el sol difuminandose en el horizonte, escapando una vez más de mí...
 | Tema: Ficha de Yet Noc Halkor  Mar Nov 11, 2008 6:23 pm | |
| Nombre completo: Yet Noc Halkor
Edad: 251, pero aparenta en torno a 25 años.
sexo: masculino.
Raza: elfo-lobo.
Habilidad especial (Esto lo otorgan los profesores a los alumnos, por ahora no se escribe nada) Puede controlar la maldición (licantropía) y transformarse en lobo a placer.
Armas: aparte de que puede echar mano del poder animal de su esencia lobuna, es un diestro luchador con espada y poseé gran puntería, por lo que también es buen arquero. A pesar de ello, tiende a rehuir todo lo que tenga que ver con la violencia por cosas ocurridas en su pasado…
Objetos personales un puñal de plata que siempre lleva encima, que perteneció siempre a la familia Noc
Foto:
Descripción física: Yet tiene el cabello rubio, ondulado y largo, desordenado, más o menos a la altura de los hombros. De entre ellos, emergen dos orejas apuntadas.
Sus ojos (de no ser porque sólo tiene uno xD), levemente rasgados, del color de la miel de azahar al trasluz, cuando les da el sol, adquieren la tonalidad metálica del oro. Siempre brillantes y cálidos.
Yet es excesivamente delgado, un tanto huesudo de apariencia frágil y andares desgarbados.
Sus rasgos, como elfo, son finos, delicados… de belleza casi inhumana. Quizás esto, le otorgue el aspecto afeminado que Yet, tanto odia de sí mismo. Aunque, sus facciones, por el hecho de cargar con la maldición de la licantropía, sean un poco más duras que las del resto de los elfos.
Su piel es muy pálida, sin apenas coloración las mejillas y sus labios finos y rosados, casi siempre curvados en una sonrisa leve, fingida, con la que trata de ocultar la melancolía que le muerde la entrañas a causa de la pesada carga de su pasado.
Descripción psicológica:Yet es una persona desequilibrada, incapaz de resistir con frialdad los golpes que le da la vida.
Puede ser un tanto cobarde y tiende a huir de los males que le persiguen por miedo a volver a hacerse daño a sí mismo y a los demás.
A pesar de eso, Yet es bueno, cariñoso, comprensivo y dulce, incapaz de ver el sufrimiento de los demás sin hacer nada, impulsivo en algunos casos, a veces puede llegar a arriesgar su propia vida por la de la gente que de verdad quiere.
Es pacífico y odia tener que hacer frente a los conflictos violentos, que le traen muy malos recuerdos de su pasado.
Es muy dependiente de las personas a las que quiere y separarse de ellas, le supone un esfuerzo de tal envergadura que puede preferir quitarse la vida a seguir adelante.
En resumen, Yet, no poseé un carácter fuerte, y si alguna vez lo tuvo, se fue minando poco a poco hasta convertirle en el elfo que es hoy, lo que le hace muy vulnerable a las situaciones que requieren sangre fría.
Habilidades: Los sentidos los tiene muy desarrollados.
Puntos débiles: Todo lo que tenga algo que ver por pequeña que sea la similitud con su pasado, la gente que quiere, su inocencia ante algunas situaciones (pues en el fondo sigue pensando que todas las personas tienen algo bueno en su interior) y su desorganizada forma de ser.
Hobbies Le gusta la calma, pasear en silencio por lugares solitarios, la humedad, la niebla, el otoño, la música y los sonidos del bosque.
Historia: Yet nació en el seno de una familia de la alta nobleza élfica. Solitario, huraño y desconfiado, creció escondido del resto de las gentes y de los muchachos de su edad lo que favoreció su excentricidad.
Se crío en la más absoluta soledad, a las espaldas de un padre siempre ocupado por sus trabajos de dudosa legalidad y una madre que se pasaba los días fuera de casa ejerciendo labores desconocidas.
Sin más compañero de juegos que su propia sombra, Yet jamás supo cual era su verdadero nombre (pues sus padres siempre se dirigían a él –si es que se dignaban a dirigirle la palabra- siempre como “muchacho” o “chico” o “niño”) hasta que su abuelo materno, Willem Halkor, se ocupó de él hasta alcanzada la adolescencia y desapareció misteriosamente sin dejar rastro cuando Yet se enamoró de una joven de su edad.
Y por mucho que los años transcurran, aún seguirá recordando con claridad las palabras de su madre:
-Hace más de un siglo…-
<< -Madre, ¿dónde está el abuelo?
-¿Qué abuelo?
-Vuestro padre.
-Muchacho… tu abuelo murió mucho antes de que tu nacieras…>>
Por ello, se vio obligado a continuar solo su camino.
Admiró a aquella chica desde lejos, hasta que al fin logró armarse de valor para hablar con ella.
Años después, al cumplir los 164 años, y tras descubrir a su padre ejecutando su empleo clandestino, huyó, dejando atrás para siempre, el cadáver despedazado de la única mujer a la que por su corta (relativamente xD) existencia había podido amar.
Solo de nuevo, y ahora maldito, cargando con el peso de varias vidas inocentes a sus espaldas, Yet atravesó pueblos y aldeas sin rumbo, sin ser consciente ni de su fututo ni de su presente, y con un pasado incandescente quemándole la piel.
Fue acumulando paulatinamente, conforme su vida transcurría lenta, un odio que le corroía las entrañas y el corazón, devorándole por dentro hasta convertirle en una persona que nunca había sido. Esto, le llevó a involucrase –siempre influenciado por esta bipolaridad violenta que se gestaba en lo más oscuro de su alma- en una encarnizada batalla, en la que no luchaba ni por su libertad ni por sus ideales, simplemente por despecho y por rencor hacia todas las criaturas vivientes que tenían una vida mejor que la suya.
Fue diestro luchador con la espada y tuvo problemas a la hora de mantenerse con vida, pero cientos de personas inocentes más cayeron con su peso sobre su espalda.
Su verdadera personalidad, no despertó de su letargo hasta que tras atravesar a un supuesto guerrero con su espada, el casco cayó y el rostro ensangrentado y sucio de un niño humano de no más de 12 años le golpeó y quedó grabado para siempre en su mente.
En aquel preciso instante huyó para siempre lejos de todo rastro de existencia y juró no volver a empuñar un arma si el objetivo era acabar con la vida de alguien.
A pesar de estos propósitos impuestos a sí mismo, la licantropía -maldición que le había sido transferida por su padre la noche en que huyó- seguía siendo dueña de su cuerpo cuando la luna llena estaba alta en el cielo o cuando se veía en momentos de gran tensión, lo que le llevó a cargar con el peso de más víctimas.
No fue hasta casi medio siglo después, cuando después de someterse a estrictos ejercicios de autocontrol, bajo la atenta (y única) mirada de un azor al que decidió llamar Hazor, logró controlar su parte animal.
Años después, llegó al internado luz de medianoche, donde tras enamorarse de verdad por segunda vez, estuvo a punto de morir a manos de un cazador de criaturas.
Episodio en el cual, perdió el ojo derecho y le llevó a tratar de suicidarse. La muerte una vez más, no quiso llevarle.
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